Países donde la jornada laboral ya es de 4 días: ¿realmente funciona?
28/4/25
Por:
Mariana Pérez
Menos días de trabajo, más productividad: una tendencia que gana fuerza en el mundo

La idea de trabajar solo cuatro días a la semana ya es una realidad en varios países, impulsada por cambios en la cultura laboral y estudios que muestran beneficios tanto para empleados como para empresas.
En lugares como Islandia, Reino Unido, Bélgica, Japón, Nueva Zelanda y España, ya se han implementado proyectos piloto o programas oficiales de semana laboral de cuatro días con resultados positivos.
¿Qué países ya aplican o experimentan la jornada de 4 días?
Islandia: Fue uno de los primeros en probar este modelo entre 2015 y 2019, con más de 2,500 trabajadores. El resultado: la productividad se mantuvo o mejoró, y los empleados reportaron mejor bienestar.
Reino Unido: En 2022 se llevó a cabo el mayor experimento mundial de semana laboral de 4 días con más de 60 empresas, y el 92% de ellas decidió mantener el nuevo esquema después de ver mejoras en la productividad.
Bélgica: Desde 2022 permite a los trabajadores compactar su semana laboral en 4 días, sin reducción de salario.
Japón: Empresas como Microsoft Japón reportaron un aumento del 40% en la productividad al aplicar semanas laborales de cuatro días.
España: Implementó proyectos piloto para explorar esta modalidad, especialmente en empresas tecnológicas.
Nueva Zelanda: Varias compañías adoptaron la semana corta, observando beneficios en la salud mental de los empleados y en la eficiencia.
¿Funciona?
Los resultados en general son alentadores:
Mayor productividad: Al tener menos días, los trabajadores tienden a ser más eficientes.
Mejor bienestar: Reducción del estrés, mayor equilibrio entre vida laboral y personal.
Atracción de talento: Empresas que ofrecen semanas de 4 días se vuelven más atractivas para los trabajadores jóvenes.
Sin embargo, expertos señalan que la transición debe adaptarse a cada tipo de industria y no todas las áreas laborales pueden implementarlo de forma automática.
Mientras tanto, el debate sobre si esta modalidad podría extenderse a América Latina —y a países como Honduras— apenas comienza.
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