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La duración del cónclave bajo la lupa: entre la rapidez del consenso y las tensiones internas

7/5/25

Por:

Mariana Pérez

Históricamente breves, los últimos cónclaves han oscilado entre dos y cinco días de deliberación

A medida que avanza el cónclave para elegir al nuevo papa, muchas miradas se centran en un aspecto clave del proceso: su duración. Aunque el hermetismo que rodea este evento impide conocer detalles en tiempo real, la historia reciente ofrece algunas pistas sobre cuánto podría prolongarse la espera por el próximo sumo pontífice.


Durante el último siglo, los cónclaves han sido relativamente breves. En 2013, Jorge Mario Bergoglio fue elegido como papa Francisco apenas al segundo día de deliberaciones, tras cinco votaciones distribuidas entre la tarde del primer día y las dos sesiones del segundo. Su antecesor, Benedicto XVI, también fue elegido tras solo dos días de votaciones en 2005, luego de cuatro escrutinios.


El cónclave de octubre de 1978, que concluyó con la elección de Juan Pablo II, duró tres días y requirió ocho votaciones. A pesar del momento histórico —era la primera vez en 455 años que se elegía a un papa no italiano— el consenso llegó con relativa agilidad.


Sin embargo, el proceso más prolongado en los últimos 150 años ocurrió en 1922. En aquella ocasión, la elección de Pío XI se resolvió tras cinco días de votaciones, en un cónclave que acumuló 14 escrutinios antes de lograr la mayoría necesaria.


Estos antecedentes contrastan con cónclaves de siglos pasados, como el de 1268, que duró casi tres años y forzó al clero de Viterbo a encerrar con llave a los cardenales, racionar su comida y retirar el techo del edificio para presionar una decisión.


Actualmente, el proceso está estrictamente regulado: los cardenales celebran hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde), y deben obtener una mayoría de dos tercios para que uno de ellos sea elegido papa. Las votaciones se realizan en la Capilla Sixtina, donde el secreto es absoluto y los resultados se comunican al exterior mediante la tradicional fumata.


En este nuevo cónclave —el más numeroso y diverso hasta ahora, con 133 cardenales de 71 países—, el número elevado de electores y la falta de un favorito claro podrían alargar el proceso. Aun así, si se repite el patrón de las últimas décadas, el mundo podría conocer al nuevo papa en menos de una semana.

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