“El agua lo arrasó todo”: Texas vive días de luto y desesperación

Las lluvias llegaron sin piedad. En cuestión de horas, el paisaje cambió por completo en la zona central de Texas, donde el río Guadalupe se salió de su cauce y arrasó con viviendas, caminos y vidas. Al cierre de este lunes 7 de julio, al menos 82 personas han muerto, y aún se busca a más de 40 desaparecidos, entre ellas varias niñas y jóvenes consejeras de un campamento de verano.

Uno de los escenarios más dolorosos es Camp Mystic, ubicado en el condado de Kerr. Allí, la corriente tomó por sorpresa a cientos de asistentes. Las autoridades han confirmado 27 muertes solo en ese lugar, mientras familias enteras esperan noticias de quienes aún no han sido encontrados.

Las imágenes que llegan desde Texas son impactantes: casas arrastradas por el agua, vehículos volcados y rescatistas trabajando día y noche entre el lodo. Más de 800 personas han sido evacuadas en medio del caos.

La tormenta que provocó esta tragedia no era un huracán, pero sí un fenómeno poderoso: los remanentes de la tormenta tropical Barry, sumados a una vaguada, generaron lluvias históricas. El río Guadalupe subió más de siete metros en menos de una hora. No hubo tiempo para alertas, y muchas comunidades quedaron incomunicadas.

La tragedia ha reabierto el debate sobre los sistemas de prevención, especialmente en regiones con antecedentes de inundaciones. El presidente Donald Trump declaró emergencia nacional y se activaron fondos federales de asistencia, pero el golpe ya estaba dado.