¿Por qué la muerte de un Papa conmueve incluso a quienes no son católicos?
24/4/25
Por:
Erika Blanco
Un líder que marcó corazones más allá de credos y fronteras

No importa si vas a misa o no. Cuando muere un Papa, el mundo entero se detiene. Las campanas suenan en Roma, las noticias dan cobertura especial y las redes se llenan de mensajes de duelo. Pero, ¿por qué su partida conmueve incluso a quienes no profesan la fe católica?
La respuesta está más allá de la religión. El Papa, como figura, es también un símbolo global de humanidad, conciencia y reflexión. Y en el caso de Francisco, ese impacto fue aún más fuerte por su manera cercana de hablar, actuar y vivir.
Desde el principio, eligió llamarse Francisco, en honor a San Francisco de Asís, patrón de los pobres. Renunció a los lujos, vivió en una residencia sencilla y prefería trasladarse en autos comunes. Esos gestos conectaron con miles de personas en todo el mundo, católicas o no.
Fue un líder que alzó la voz por los migrantes, los más pobres, la ecología y la paz. En un mundo tan dividido, sus palabras eran una invitación al diálogo, a la empatía y al respeto mutuo.
Muchos jóvenes, incluso alejados de la Iglesia, lo escuchaban porque hablaba claro, sin juzgar, sin imponer. Su estilo rompió moldes, y eso generó respeto.
La muerte del Papa Francisco no es solo el fin de un pontificado. Es el adiós a una figura que, por años, nos recordó que el amor, la humildad y la compasión no son cosas de religión, sino de humanidad.
Por eso, su partida duele. Porque, aunque no todos lo sigamos como guía espiritual, su mensaje sí nos tocó como seres humanos.
Lo último